El aceite de palma se ha forjado una reputación terrible últimamente, y por buenas razones, ya que su impacto medioambiental lo ha puesto directamente en el ojo del huracán. Todos aquellos que estamos comprometidos con el respeto a la naturaleza buscamos formas de alinear nuestras acciones cotidianas para contribuir más a la solución que al problema, por lo que hoy me pregunto:
¿Deberíamos dejar de consumir aceite de palma?
Para explorar la respuesta comencemos hablando de qué es el aceite de palma y cuál es su papel en la deforestación.
El aceite de palma se extrae del fruto de la palma aceitera (Elaeis Guineensis), un árbol que crece en climas tropicales. Es un aceite tremendamente útil y versátil que se encuentra en un rango muy amplio de productos debido a su estabilidad y a sus características organolépticas. En el Reino Unido se calcula que un 50% de los productos que encontramos en el supermercado contienen aceite de palma. Tal es la demanda, que en los últimos 20 años la producción mundial se ha cuadriplicado, lo que ha tenido un impacto medioambiental desastroso.
Un 85% de la producción mundial de aceite de palma proviene de Indonesia y de Malasia (también hay productores en África y Sudamérica). En estos países, las plantaciones han ido ganando terreno a las selvas tropicales, que han sido destruidas para ganar terreno de cultivo.
Las plantaciones de aceite de palma no tienen la capacidad de sustentar biodiversidad que tiene una selva tropical, un ecosistema que lleva millones de años de evolución.
La deforestación de las selvas tropicales tiene consecuencias catastróficas. Libera directamente millones de toneladas de gases invernadero, contribuyendo de forma significativa al cambio climático y además destruye el habitat de especies tan carismáticas como el orangután, el elefante pigmeo o el rinoceronte de Sumatra. Pero la pérdida de biodiversidad es incalculable y va mucho más allá de las especies banderas, ya que las selvas tropicales son uno de los ecosistemas más diversos del planeta.
Con este panorama, hacer boicot al aceite de palma podría parecer la opción más sensata, pero a la hora de boicotear un producto hay que tener en cuenta con qué se sustituiría el producto boicoteado, y no podemos olvidar que toda agricultura tiene un impacto medioambiental. Se da la circustancia de que el aceite de palma no es exitoso solo por su versatilidad: su producción es tremendamente eficiente, y por lo tanto, rentable. Por cada hectárea de cultivo de se producen 3.8 toneladas de aceite, mucho más que en el caso de otros aceites vegetales (como comparación, el aceite de soja produce 0.5 toneladas y el de oliva 0.3). Por lo tanto, intentar suplir la demanda mundial de aceite vegetal usando otros cultivos solo aumentaría la necesidad de terreno cultivable.
Pero hay una alternativa mejor.
¿Qué es el aceite de palma sostenible?
En el año 2004 se formó la “Roundtable of Sustainable Palm Oil” o RSPO, una organización independiente que reune a diferentes partes del sector en un esfuerzo de limitar el impacto medioambiental de la producción del aceite de palma. Desde entonces, la RSPO ha establecido la normativa que los productores tienen que seguir para conseguir la certificación de “aceite de palma sostenible”. Recientemente, esta normativa ha comenzado a obligar a los productores a comprometerse a no deforestar, de forma que solo pueden usar para el cultivo de palma el terreno que ya se ha ganado a la selva. Es sorprendente que hasta hace tan solo un año, un aceite de palma podía ser denominado sostenible incluso si su producción contribuía a la deforestación, pero el cambio de regulación que se produjo en el 2018 es un paso fundamental hacia la verdadera sostenibilidad en la producción de aceite de palma.
Además de no deforestar, para obtener la certificación de sostenibilidad, los productores deben comprometerse a comprobar el nivel de emisiones que producen, que los derechos humanos son respetados en toda su cadena de producción y a implantar medidas para promover y conservar la biodiversidad en su zona de producción. Entre estas medidas se encuentran, por ejemplo, la construcción de pasajes seguros para conectar diferentes zonas de selva a través de las plantaciones, evitando el aislamiento genético de las especies en diferentes islas de selva.
Y yo creo que es una industria que -ahora sí- merece la pena apoyar. Aunque ha recibido críticas, la RSPO ha ido evolucionando hacia una normativa más estricta que garantice que el certificado realmente significa que es un producto respetuoso con el medio ambiente. Ahora necesitamos que las grandes empresas usen productores de aceite de palma sostenible como proveedores. Y parece ser que muchos ya lo hacen. En el Reino Unido, un 75% del aceite de palma que se importa es sostenible, pero es una información que normalmente no es fácil de encontrar. El aceite de palma tiene tan mala reputación que las compañías que lo usan no quieren publicitarlo, por lo que queda escondido como ingrediente usando diferentes nombres, haciendo imposible en la mayoría de los casos adivinar su origen sin una indagación profunda.
Tenemos que recordar que todos somos consumidores, y que como tales tenemos poder. Siempre podemos poner nuestro granito de arena aumentando la demanda por el producto, pidiendo la información necesaria, preguntando y concienciando. En el momento en el que las compañías entiendan que nos preocupa el origen del aceite de palma empezarán a publicitar con sus productos cuando usan un proveedor sostenible.
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Para leer más:
1.- https://www.rspo.org/about
2.- https://www.sustainablepalmoilchoice.eu/
3.- https://aceitedepalmasostenible.es/
4.- https://www.wwf.org.uk/updates/making-palm-oil-sustainable-people-and-wildlife-pictures
Para los muy interesados:
1.- https://ga.rspo.org/ga15/Resolutions/RSPO_P&C_2018.pdf
Para escuchar: