Del nuevo coronavirus en China

Tenemos de nuevo a la población mundial pendiente de un virus que amenaza con convertirse en pandemia. En diciembre de 2019, China alertó a la OMS que un nuevo coronavirus había sido detectado en la ciudad de Wuhan

Modelo de coronavirus ( By https://www.scientificanimations.com )

Los coronavirus son un grupo de virus comunes en animales que causan enfermedades respiratorias cuando infectan a humanos, normalmente causando síntomas leves. Sin embargo, hay algunos coronavirus que pueden causar enfermedades graves y tienen una tasa de mortalidad elevada. Concretamente, las cepas MERS-CoV y SARS-CoV han sido responsables de miles de muertes en las últimas décadas. En ambos casos estamos hablando de enfermedades zoonóticas, es decir, estos virus se pueden transmitir entre animales y  humanos. Los coronavirus son comunes en otras especies animales y cuando se dan circunstancias en las que el contacto animal-humano es frecuente, el virus puede mutar para pasar de una especie a otra. Este es el escenario que hemos observado con las nuevas cepas que se han detectado y parece ser el origen del nuevo coronavirus, denominado temporalmente 2019-nCoV por la OMS. 

¿Cómo compara el 2019-nCoV con otros virus?

Hemos visto titulares que afirman que el nuevo coronavirus tiene la capacidad de convertirse en la nueva gripe española*. Para poner las cosas en contexto, recordemos que la llamada gripe española infectó de forma sintomática a un tercio de la población mundial en tan solo 18 meses, y aunque varió en función de lugar y localización, llegó a alcanzar un 5-10% de la población general y se calcula que mató a un 3-5% de la población mundial. Fue una epidemia traumática por los números que alcanzó y porque esa tasa de mortalidad afectó especialmente a personas jóvenes, ocurriendo todo ello al final de la primera guerra mundial, en una generación que todavía estaba lamiéndose las heridas. 

Como comparación, el MERS-CoV tiene una tasa de mortalidad del 35% y el SARS-CoV de aproximadamente un 10%. Aunque es pronto para tener una idea precisa de cuál es la tasa de mortalidad del 2019-nCoV, según el último informe, 2798 personas han sido infectadas y han muerto 80, lo que nos da una tasa de mortalidad de aproximadamente el 3%. El mismo informe indica que hay 500 personas en estado grave, por lo que es posible que este número aumente, pero de momento parece tener una tasa de mortalidad por debajo de la gripe española u otros coronavirus.  De todas formas, es importante recordar que las tasas de mortalidad son variables. Los virus son famosos por su capacidad de mutación, y se sabe, por ejemplo, que la gripe española tuvo diferentes tasas de mortalidad en diferentes momentos o localizaciones.

Con respecto a las características de las víctimas mortales del 2019-nCoV, un artículo reciente ha analizado la información disponible y ha observado que estas personas tenían 49 años de media, y menos de la mitad tenía alguna enfermedad previa.

Pero quizás el parámetro más importante a tener en cuenta cuando hablamos de la capacidad de un virus para crear una amenaza de salud global es la combinación de la virulencia con la capacidad de transmisión, dos parámetros que son característicos de cada virus. Son especialmente contagiosos aquellos que se transmiten por el aire, normalmente mediante las secreciones que son expulsadas del tracto respiratorio al toser o respirar. Los coronavirus MERS-CoV y SARS-CoV se transmiten de persona a persona, pero se ha observado que el contagio solo se produce cuando ha habido contacto cercano.

En epidemiología, se llama número básico de reproducción (R_0) al número de nuevos casos que cada caso genera a lo largo de un periodo infeccioso. Cuando una enfermedad tiene un R_0 por encima de 1 puede propagarse ampliamente en la población. Así, por ejemplo, el sarampión -que es un virus tremendamente contagioso- tiene un número básico de reproducción de 12-18. Es decir, por un caso de sarampión aparecen de 12 a 18 nuevos. El ébola -otro virus muy temido porque tiene tasas de mortalidad que pueden alcanzar el 90%- tiene un R_0 de 2-3, un número similar al de la gripe española. En ese R_0 influyen varios factores, como el medio de transmisión del virus, a qué segmento de la población afecta, o cuándo aparecen los síntomas y cuánto duran.

Del nuevo coronavirus sabemos ya a día de hoy que la transmisión de persona a persona es posible, y todo parece indicar que el contagio puede ocurrir antes de que los síntomas aparezcan, lo que dificulta los esfuerzos de contención. Un grupo de investigación ha calculado que el R_0 se podría encontrar alrededor del 3.8

Todos estos datos apuntan a que la preocupación con respecto al 2019-nCoV es justificada, es claramente un virus con capacidad de generar una pandemia.

Sin embargo, si hay algo que diferencia a la gripe española -y en menor medida, pero también, al 2019-nCoV con otros coronavirus- es la capacidad de respuesta que hemos ganado en el último siglo. Aunque bien es cierto que la movilidad que ha ganado la población supone un riesgo adicional, la generación que sufrió la gripe española carecía de las medidas epidemiológicas y de monitorización que se han desplegado en las últimas amenazas de salud global. China fue el origen del SARS-CoV en el 2003 y fue muy criticada por falta de transparencia en el manejo de la crisis. Y parece haber aprendido de sus errores. No solo ha sido halagada por la OMS por su cooperación, sino que ha impuesto medidas de cuarentena sin precedentes. 

Hoy en día la respuesta a una emergencia de salud global se basa en la cooperación internacional y en medidas gubernamentales, pero además tenemos que sumar que la medicina está a años luz de lo que era hace un siglo, cuando ni siquiera existía la biología molecular. Solo hace un mes que hemos descubierto este virus y ya tenemos imágenes, hemos secuenciado su genoma, tenemos kits de detección y creemos haber trazado el origen del virus. Ahí lo llevas. 

2019-nCoV, Imagen del Centro Nacional de Microbiología de China

El origen, por cierto, parece bastante peculiar. Desde el principio se ha hablado de los muerciélagos como posible reservorio del virus, ya que los coronavirus de murciélago estaban en el punto de mira como posible amenaza para humanos y es uno de los posibles orígenes de la epidemia de coronavirus del 2003. Unos investigadores han analizado la secuencia y han llegado a la conclusión de que el virus del murciélago ha recombinado con otro virus de origen desconocido para formar el 2019-nCoV, mutando las glicoproteínas de la superficie del virus, que son las responsables del reconocimiento celular para la infección. En el mismo artículo los autores sugieren que el reservorio más probable son las serpientes. De ser cierto, sería un reservorio atípico para una enfermedad humana, ya que las serpientes son animales de sangre fría. Es posible que el virus haya saltado de murciélagos a serpientes y de ahí a humanos. 

A día de hoy los números de infectados, así como los países donde estos se encuentran, sigue aumentando. La OMS sigue publicando informes a diario, aunque todavía no ha declarado la situación como emergencia internacional***. Para el ciudadano de a pie las recomendaciones son las mismas que aplican para controlar cualquier contagio: evitar el contacto con personas que muestren síntomas, lavado frecuente de manos y cubrise con el codo o con un pañuelo al estornudar o toser. 

Y con esto termino. Si no quieres que nos perdamos en la inmensidad de internet, déjame tu correo para poder avisarte cuando haya novedades por aquí. 

Si te has quedado con más ganas de leer, te dejo otros artículos interesantes (en inglés) comparando el 2019-nCoV con SARS y MERS aquí y aquí, y otro comparándolo con la gripe española aquí.

* Por cierto, antes de que alguien me riña: la que se suele llamar gripe española se conoce así porque se pensó que España fue el origen de la epidemia. Los estudios más recientes localizan el origen en otro países, como China o Estados Unidos. Hoy en día se tiende a no asociar los nombres de virus o epidemias con una localización concreta, para evitar estigmatización. **

** Me han reñido igualmente. La gripe española no se llama así porque se pensara que España fue el origen, sino por la no participación de España en la guerra y la censura informativa de la época. Se explica bien en este artículo. Gracias @farmaguilojuanola !

***ACTUALIZACIÓN: Desde la publicación de este artículo el número de afectados ha seguido aumentando y la OMS ha decidido declarar la situación de emergencia global con la intención de intentar contener el brote.

En vistas de la evolución de la crisis creada por el -ahora oficialmente llamado -COVID-19, he creado otro post con información actualizada. Lo puedes encontrar en:

La ciencia del coronavirus

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